Se acerca Halloween y nuestras pantallas se llenan de películas de terror: monstruos, posesiones infernales y asesinos despiadados brotan tanto del cine como de la televisión en estos días. Sin embargo, y aunque Halloween sea una celebración foránea, que mezcla mitología cristiana, celta e irlandesa, nos parece también una muy buena ocasión para rescatar el terror en nuestro idioma, el español.
¡Tenemos mucho para ofrecer! Monstruos autóctonos, el renacer del Diablo y eventos paranormales de todo tipo, en Hispanoamérica lo hemos hecho todo. Repasemos nuestra propia historia con el terror.
El terror en español empezó hace muchísimo tiempo: los orígenes podríamos rastrearlos, por ejemplo, a 1919, con el filme El automóvil gris que, si bien no es específicamente de terror, ya presenta, incluso en ese momento tan experimental del cine mudo mexicano, atmósferas inquietantes y suspenso al narrar los delitos cometidos por una banda de criminales que, luego, deberían enfrentar a la justicia.
En España, por la misma época, Joan Codina llevaría a la pantalla grande una adaptación de la novela de Eduardo Zamacois, El otro, en la que también se pueden hallar las primeras semillas del cine de terror, aunque todavía sin serlo definitivamente. En esta historia, dos amantes asesinan al esposo de la mujer, pero luego, cuando se sienten triunfadores, apariciones, sugestiones y demás los harán sentirse, como menos, perseguidos y, como mucho, acorralados.
Para encontrar algo de terror más propiamente dicho, del terror que imaginamos y esperamos ahora cuando un filme se anuncia como parte de este género, tendremos que irnos bastante más adelante, hasta 1968 donde, en México nuevamente, se estrenó Hasta el viento tiene miedo. Este filme, dirigido por Carlos Enrique Taboada, nos encontramos con una historia de apariciones ubicada en un internado de señoritas.
https://www.youtube.com/watch?v=a_s-yWwbWT8
No asombra que desde tan temprano en la historia del cine hispanoamericano se haya empezado a coquetear con el terror. Por el lado de Latinoamérica, las leyendas populares y la mitología local colaboraban: personajes como el de La Llorona, esa mujer que ahogó a sus propios hijos y luego los busca desesperadamente, con su llanto que embruja a todo aquel que la escucha, es una figura que ha aparecido también muy pronto retratada en la pantalla grande.
En 1933, en México, La Llorona, el filme dirigido por Ramón Peón, es también uno de los pioneros en el género del terror, mezclando su trama con elementos del melodrama y el romance. En esta película se narran los orígenes de La Llorona (relacionándolos con la época de la conquista de América por parte de España) y su cruzada vengativa a lo largo de los tiempos.
Luego, claro, La Llorona siguió apareciendo con versiones de su propia historia en la década de los 40, de los 60 y hasta hoy, donde la leyenda está tan expandida que se ha contagiado al cine norteamericano: basta ver The Curse of La Llorona, estrenada en el 2019 y producida nada más y nada menos que por James Wan, el hombre detrás de clásicos de terror como Insidious o The Conjuring.
La Llorona no es la única, claro. El Chupacabras, por ejemplo, es otra de las criaturas salidas de la mitología latinoamericana que ha inspirado películas de terror tanto dentro del cine hispanoamericano como fuera de él. De hecho, ha pasado por tantas versiones que hasta terminó convirtiéndose en una criatura adorable en la película de netflix titulada Chupa, que debe ser salvado de los científicos malvados que quieren explotarlo.
Por supuesto, con el avance del cine, de la tecnología y, también, de las audiencias que deseaban ver este tipo de historias, el cine y la televisión de terror en español fue progresando. Mientras que en los 60 el terror se inclinaba, no solo en el cine iberoamericano, sino en todo el mundo por historias góticas como la ya mencionada Hasta el viento tiene miedo, en los 70 quienes cobraron una buena relevancia fueron los vampiros.
En España, por ejemplo, encontramos en 1973La saga de los Drácula, dirigida por León Klimovsky, que muestra a una joven pareja que viaja a Transilvania solo para descubrir que el abuelo de la joven es el mismísimo Conde Drácula. Klimovsky es quizás uno de los directores hispanoamericanos más recordados dentro del género de terror, colaborando usualmente con PaulNaschy, el actor español (y levantador de pesas) célebre por su interpretación del hombre lobo. Juntos, llevaron a la pantalla no solo a vampiros y hombres lobo, sino también al doctor Jekyll, a la magia vudú y mucho más.
En los 80 los adolescentes tomaron un poco la delantera en el cine de terror hispanoamericano: de esta época es, por ejemplo, el clásico de Taboada, Veneno para Hadas, que cuenta la perversa historia de dos niñas, una sin nada y otra que vive en la opulencia, cuyos caminos se cruzan de la peor manera. Veneno para hadas es un filme que la crítica admiró, uno de los últimos de Taboada como director y que pone a la brujería en el centro de la escena, de la mano de dos chicas que muestran lo peor de la juventud.
Son también jóvenes los protagonistas de Don’t Panic, mejor conocida como Dimensiones ocultas, de Rubén Galindo Jr. Otro nombre con el que se conoce este filme es Los secretos de la Ouija, lo que ya pone de manifiesto su trama: un joven recibe de regalo de cumpleaños una tabla de ouija y, luego de una sesión de espiritismo, todo empieza a ponerse más y más tenebroso y violento.
Como notarán, las tramas comienzan a ser más tradicionales y más acorde a lo que todavía hoy sigue triunfando en el mundo del terror, tanto en Hispanoamérica como en el resto del mundo.
Los 90, en cambio, vieron surgir dos nombres que lo cambiarían todo: Guillermo del Toro y Alex de la Iglesia. Por el lado de del Toro, su debut fenomenal fue con Cronos, protagonizada por el argentino Federico Luppi, una historia de vampirismo que le valió el reconocimiento internacional y hasta se convirtió en la elegida por México para representar al país en los premios de la Academia (aunque finalmente no llegó a la competencia).
Por el lado de Alex de la Iglesia, si bien su debut como director se dio con una comedia de tintes ciberpunks (Acción mutante, estrenada en el 93), fue su segunda película la que le brindó la fama de la que aún goza hoy en día. Este filme fue El día de la Bestia, que supo combinar de forma excelente la comedia con el humor para narrar la llegada del Anticristo a la Tierra.
Las carreras de Guillermo del Toro y Alex de la Iglesia hoy en día son conocidas por todos: el mexicano es el ganador de varios premios de la Academia, mientras que el español es poseedor de premios Goya y del festival de Sitges. Los estilos de ambos son reconocibles: la sensibilidad y la oscuridad de del Toro, por un lado, la comedia y el esperpento de de la Iglesia, por el otro, inspiraron a muchos realizadores más jóvenes, pero que también se mantienen: basta ver el éxito que 30 Monedas, la serie de HBO de Alex de la Iglesia, tiene entre los fanáticos del terror.
https://www.youtube.com/watch?v=L8rsX0799jo
En la actualidad, los nombres de los genios del terror que realizan sus historias en español se multiplican: J. A. Bayona, Paco Plaza, Gustavo Hernández y el más reciente Demián Rugna, el argentino ganador del premio de Sitges. Incluso, hemos llegado a exportar talentos: basta ver a Andy Muschietti, realizando clásicos inigualables como It, en el corazón de Hollywood.
Como decía en un comienzo, Halloween es una celebración extranjera, nadie va a negar eso. Ahora, lo que sí podemos hacer, es celebrarla en nuestro idioma, mirando películas y series de terror que estén más cerca de nuestra identidad.