Casi todas las series aportan algo nuevo. Las primeras temporadas brindan a los espectadores mucho que esperar. Sin embargo, el problema con las primeras entregas buenas es que generalmente dejan poco espacio para posibles nuevos cuadrangulares de calidad. Una vez concluidas, sus tramas que alguna vez fueron emocionantes se vuelven descartables: mantener este sentido de novedad no es tan fácil como parece.
Estos shows tuvieron muy buenas comienzos y luego cayeron en desgracia.
En la segunda temporada, a pesar de estar impulsada por fuertes actuaciones, Línea de sangre lucha por cautivar a los espectadores como su predecesora. Eso: lucha. ¿Por qué? De alguna manera la familiaridad de sus personajes y sus relaciones bajaron.
Verdadero detective es el mejor ejemplo de un programa que es tan bueno en su primera temporada que no logra cumplir con sus propios altos estándares en la temporada 2. La segunda entrega cuenta con un elenco repleto de estrellas, pero no logra traer de vuelta todos los demás elementos que hicieron de la temporada 1 un hito televisivo. La trama se siente menos inventiva, carece del ritmo y, sobre todo, se aleja de la dinámica de personajes centelleantes de su predecesora.
Prometía mucho. Lo que comenzó como una adaptación leal de la novela de terror cósmico / de supervivencia de Rey, luego se convierte en una exploración dura y hasta tonta de lo extraterrestre. El propio Stephen King dijo que detestaba la mediocridad del programa en sus últimas temporadas.
Cada episodio de la primera temporada parecía una película. Es más, el programa estaba pensado para parecer un compendio de relatos fílmicos… todo si hubiese seguido el mismo showrunner. No sucedió y tuvimos una segunda entrega que hizo que muchos dejaran la serie y añoraran la primera temporada.
¿Quién no se enganchó con esta serie? Junto a Perdió, Fuga de la prisión fue el show que hizo renacer nuestro amor por la TV. Su primera entrega fue tan buena que después todo se fue a pique. Ya todo parecía muy extraño y muy tirado de los pelos.
Una tristeza.
Pasó de ser la serie de la que más se habló para bien para ser de la que más se habló para mal.
Su exploración desgarradora de los desafíos de la escuela secundaria, la violencia contra las mujeres y el dolor: una combinación excelente. Pero tan pronto como Por trece razones extendió innecesariamente su historia más allá del material original, fracasó. Es casi sorprendente cómo a pesar de ir completamente cuesta abajo después de la temporada 1, el programa se renovó por tres temporadas más, las cuales ninguna pudo revivirlo.