Esta semana, la nueva serie de HBO nos presentó a Pat Riley, el ex jugador de Los Angeles Lakers que está interpretado por el talentosísimo Adrien Brody. Aquí le cuento quién fue él y por qué su figura es tan importante para Winning Time: The Rise of the Lakers Dynasty.
Brody ingresa al programa poco después de que Jerry West anunciara que ya no entrenaría al equipo durante la temporada 1979-80. Riley, quien lucha por adaptarse a su vida después de su carrera como jugador, espera probar suerte en la transmisión televisiva y se acerca al locutor de los Lakers, Chick Hearn, para crear esa oportunidad, pero en realidad terminará teniendo un rol completamente distinto.
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En la vida real, después de retirarse de la NBA en 1976, Riley comenzó como locutor en 1977 y luego fue contratado para trabajar con Paul Westhead (quien será interpretado en el programa por Jason Segal) como entrenador asistente de Los Ángeles en 1979. Sin embargo, los plazos se ajustaron un poco para adaptarse mejor a la historia que AdamMcKay quería contar.
Después de que Jerry West dejara el banquillo, los Lakers contrataron a Jack McKinney como su entrenador en la primavera de 1979. Él dirigió 14 partidos antes de sufrir lesiones en la cabeza por un accidente en bicicleta que dejó a Paul Westhead, su mano derecha, a cargo del plantel. Westhead llevó a LA a un título de la NBA esa misma temporada, pero cambió su estilo de entrenamiento en 1980-81 y eso no resultó nada bien. Los Ángeles perdió en la primera ronda de los playoffs y Magic solicitó públicamente un intercambio para irse del equipo, lo que dejó a Buss sin otra opción más que despedir al técnico.
Aquí es donde entraRiley, quien se desempeñaba como uno de los locutores de Los Ángeles desde 1977, un año después de su última temporada como jugador. Después del accidente de McKinney, Westhead logró convencer a Pat para que se uniera a él como entrenador asistente. Una vez que Paul fue despedido, el hombre que es interpretado por Brody en el show de HBO, tomó su lugar.
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Riley estaba emocionado de convertirse en entrenador por primera vez, aunque esa emoción rápidamente se convirtió en confusión cuando Jerry Buss lo comunicó a los medios. Buss se paró frente a la horda de reporteros para anunciar que él permanecería en el personal como entrenador defensivo, mientras que West regresaría a la banca y dirigiría la ofensiva. La noticia fue un shock para todos, incluidos Pat y Jerry West, quien había accedido a ayudar a Riley como pudiera, pero nunca a tener este rol.
En la conferencia de prensa, mientras Buss respondía a algunas preguntas básicas como “¿Quién decidirá la alineación inicial?”, West intervino e intentó aclarar cualquier confusión diciendo que “voy a trabajar con y para Pat. Creo que mi responsabilidad es con él porque siento en mi corazón que es el entrenador en jefe. Y espero que mi posición aquí no sea de largo alcance”.
Independientemente de lo que Buss haya hecho, Riley y West estuvieron en el banquillo durante la mayor parte de la campaña 1981-82 y era obvio quién era la persona que dirigía al equipo.Pat le dio el poder a Magic Johnson para jugar como quería, en lugar de encerrarlo en un sistema específico como había hecho Westhead y los resultados, por supuesto, hablaron por sí mismos. Al igual que su jefe anterior, Riley llevó a LA a un título después de asumir el cargo al comienzo de la temporada. Mientras tanto, a West se le concedió su deseo de un breve período en el banquillo y se convirtió en gerente general en 1982, donde se desempeñó con éxito durante los siguientes 18 años.
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Como jugador, fue una pieza clave del banco del equipo de Los Angeles Lakers que logró el récord de ganar 33 juegos consecutivos en 1972 y una década más tarde, Riley fue el artífice de un fenómeno conocido como Showtime. Pat sabía cómo ganar. Era un obsesivo de la táctica, hábil para adaptar el sistema al personal con el que contaba, pero su verdadera fortaleza era su habilidad innata para conectarse con jugadores de cualquier generación.
El trabajo duro, disciplina y juego desinteresado que predicaba resonó bien tanto en los jugadores jóvenes como en los veteranos, lo que resultó en cuatro campeonatos de la NBA como entrenador de los Lakers, uno con Miami Heat y otros dos como Manager. Aún en la actualidad sigue en el mismo puesto en Miami y su equipo es uno de los candidatos a llevarse el anillo esta temporada.