Rocío Flores se descontrola y cae en picado como defensora en Supervivientes

Tener a Rocío Flores como defensora de Supervivientes era la baza clave que necesitaba el realidad para que cobrara más morbo e interés en esta edición. Con todo lo ocurrido con su madre tras la emisión del documental Rocío, contar la verdad para seguir viva, y la participación de Olga Moreno en el programa, su fichaje prometía momentos álgidos en plató. Pero nos hemos quedado con las ganas.
Su actitud en la última gala Tierra de nadie ha ensombrecido su papel como defensora y su futuro como comentarista de televisión.
No lo tenía fácil. Cuando se confirmó la participación de Rocío Flores como defensora de Olga en Supervivientes, sabíamos que no iba a ser un paseo por las nubes para ella. Especialmente después de que su madre diera a conocer algunos de los duros episodios vividos entre madre e hija. Los bandos no tardaron en formarse y la joven se convirtió casi de inmediato en objeto de críticas antes de que la aventura en Honduras arrancase.
Su llegada a plató empezó con mal pie pero en sus manos estaba el poder enderezarlo todo y mostrar su cara más vulnerable, alejada de la polémica y más centrada en el concurso de Olga. Su supuesto veto a ciertos defensores en su presencia y su negativa a estar en la gala principal que presenta Jorge Javier Vázquez, defensor acérrimo de su madre, le ha hecho un flaco favor. Quizás sin buscarlo, ha metido aún más el dedo en la llaga y eso ha ido en su contra.
Tampoco ha ayudado su silencio. Aunque, como era de esperar, Telecinco ha hecho todo lo posible para que la niña diera contenido y se despachara a gusto sobre lo que contó su madre en la docuserie, ella ha preferido dar la callada por respuesta. Al menos en los platós de Supervivientes. Ya José Antonio Avilés dio a entender en su momento que Rocío había pedido por contrato que no se le preguntara al respecto en las galas. Ella iba de defensora de Olga y parece ser que no quería que se ensuciara su paso por causas ajenas a su desarrollo en el realidad. Las opiniones personales las ha reservado para el programa de Ana Rosa, en el que sí se ha despachado bien y dejado clara su posición en esta historia. Esa contradicción de ‘aquí sí, allí no’ ha dejado en entredicho su papel en televisión.
Mientras en las mañanas se desata y habla sin filtro, por las noches enmudece. Tal es así que en la gala de Tierra de nadie de este martes rompía a llorar tras ser señalada por no defender mejor el papel de Olga en la isla. Alexia Rivas le recriminaba que Valeria sacara más la cara por ella siendo su enemiga. Un comentario que le hizo mucha pupa y al que Rocío respondió con ese carácter que llevamos esperando ver desde hace dos meses. “Si yo no me parto la cara por Olga como he hecho en muchísimas ocasiones es por la situación que tengo fuera…. Estoy en un punto en el que es muy complicado… las cosas de fuera y las cosas de dentro. Si encima vengo aquí y hay personas que me mezclan una cosa con la otra, es muy complicado“, argumentaba entre lágrimas.
GUÍA | Los pasos que tienes que seguir para poder ver un tuit no disponible por tus preferencias de privacidad
Rocío dio a entender que se siente cohibida a la hora de hablar y eso se percibe desde fuera como espectador. No termina de dar argumentos de peso por miedo a ser aún más juzgada y navega en una inseguridad a la que no nos tenía acostumbrados. Su papel como defensora de su padre, Antonio David, en GH VIP fue totalmente distinto. Entonces se dejaba la piel en cada intervención, bromeaba con Jorge Javier e incluso le hacía alguna que otra confesión personal gracias a su complicidad con el presentador. Lo que han cambiado las cosas en dos años.
El papel de Rocío como defensora empieza a resquebrajarse y no solo por la situación personal que enfrenta, sino por no saber cómo manejara ciertos cara a cara con otros invitados al programa. Esto podría perjudicar el final del concurso de Olga porque lo que hace es provocar más a los que apoyan a Rocío Carrasco.
Como es de esperar, a ella le duele lo suyo, en este caso Olga, pero al igual que pide que juzguen su programa por lo que hace en la isla, también debe admitir las críticas de otras personas a la mujer de su padre por su actuación en el realidad. La joven no quedó muy bien parada en un episodio vivido con el maestro Joao que demuestra que quizás deba plantearse su continuidad en televisión. Tanto por su propio bienestar como por no saber discernir entre lo personal y lo profesional.
De sobra es conocida la posición del vidente con respecto a Rocío Carrasco. Si bien es cierto que la ha defendido a muerte en sus redes, en los platós de Supervivientes él se limita a juzgar lo que ve. En esta ocasión Joao opinaba de las chicas en general asegurando que eran un poco mandonas con los chicos. Metió en el mismo saco a Melyssa, Lara y Olga, es decir, que no fue un ataque directo a esta última porque no le caiga bien. Sin embargo, su argumento hizo que Rocío botara del asiento, volteara la cabeza y le soltara una mirada de esas que perdonan la vida.
El momento fue de lo más incómodo. En ese intercambio de opiniones ella le pidió que no la interrumpiera y la dejase hablar, a lo que el maestro le respondió con un: “Venga, venga, tranquila, te dejo“. Unas palabras que hicieron que la joven tomara la decisión de no seguir hablando ante las posibles insinuaciones. “Estoy muy tranquila, ¿me ves alterada? Ay paso de verdad“, dijo en medio del enfrentamiento. Si no llega a ser porque Carlos Sobera medió entre ambos, Rocío se habría quedado callada y no habría opinado más. Las palabras del presentador la animaron y finalmente siguió con su discurso.
Rocío sabe que Joao es carrasquista hasta la médula y no supo separar una cosa de la otra. El asunto se le fue de las manos y eso es precisamente lo que pone en duda su papel como defensora. Hasta cierto punto es comprensible que la situación le supere, pero ese es el precio que tiene que pagar por estar en esa silla. Si ha aceptado estar allí debe hacer frente a las críticas y salir del paso con los argumentos que considere necesarios. Pero lo de enfadarse y que todo le siente mal agota a la audiencia. Ella es la primera que pide que no se mezclen los temas, sin embargo, es la propia Rocío quien con estas actitudes no lo pone en práctica.
Queda un mes por delante y mucho que torear. Quizás esta dura experiencia televisiva que empieza a írsele de las manos sea decisiva para que Rocío decida si quiere o no seguir en este tour por los platós en un futuro. De momento ya ha negado rotundamente en sus redes sociales que vaya a participar en la próxima edición de GH VIP. Pero en esto de la tele nada ese definitivo y todo está por verse.