El éxito de las películas de Marvel en los últimos años ha demostrado lo lucrativas que pueden ser las adaptaciones de cómics, pero las adaptaciones de novelas a la pantalla grande existen desde hace mucho más tiempo y se remontan a los primeros días del cine. Es casi seguro que conoces algunas películas basadas en novelas, como la trilogía de El Señor de los Anillos, por ejemplo, mientras que otras adaptaciones a la pantalla grande sorprenden. The Great Escape (1963), The Shawshank Redemption (1994) y Forrest Gump (1994) son claros ejemplos.
Al igual que Alfred Hitchcock, Martin Scorsese es de esos directores que tienen una relación de amor eterno con las adaptaciones a partir de textos escritos. Con más de 50 años de cine en su currículum, Scorsese acumula una impresionante lista de créditos, muchos de los cuales fueron adaptados de libros, algunos de novelas y otros de no ficción.
Con alguna que otra cinta no muy taquillera, la cantidad iguala a calidad en cuanto a los largometrajes de Martin Scorsese. Sus películas aparecen regularmente en cualquier lista de las 50 o 100 mejores cintas de todos los tiempos. Como director, y hasta el reciente estreno de Killers of the Flower Moon, Scorsese acumulaba 25 largometrajes y 16 documentales. De esas 25 películas, 8 se basaron en novelas y otras 7 en obras de no ficción. Juntas, representan más de la mitad de su producción cinematográfica del director, y esto no incluye otras dos películas que, aunque no fueron adaptadas de un libro de no ficción, eran de naturaleza biográfica.
La primera adaptación de Scorsese de un libro a la pantalla fue Raging Bull de 1980, la autobiografía del boxeador Jake LaMotta. La película no fue un gran éxito de taquilla, pero fue nominada a 8 premios Oscar, ganó 2 y ahora muchos la consideran la mejor película de Scorsese. Quizás no sea sorprendente entonces que, tras este éxito, el director rodara más adaptaciones.
Robert De Niro fue la piedra fundante en el desarrollo de Raging Bull; fue quien le sugirió por primera vez a Scorsese hacer la cinta después de leer las memorias de LaMotta. Al director, sin embargo, no le gustaba el boxeo y no estaba interesado en dirigir la cinta. Algo sucedió en el medio: Scorsese estuvo a punto de morir por sobredosis de cocaína. En ese momento, con un De Niro amigo que lo acompañó en su peor momento, Scorsese vio el potencial de la historia de Jake LaMotta luego de una visita de su amigo al hospital, ya que el actor volvió a plantear la idea. Scorsese se recuperó y puso todas sus energías en la realización de Raging Bull pensando que podría ser la última película que haría.
Seis años después, Scorsese volvió con todo a las adaptaciones, esta vez haciendo gala de una novela y entregando The Color of Money. Las siguientes dos películas de Scorsese surgieron de libros: The Last Temptation of Christ (1988) fue una adaptación de la novela del mismo nombre y la siguió en 1990 la gran Goodfellas, revisitando la no ficción.
Tras el éxito de Goodfellas, Scorsese dirigió Cape Fear (1991). La película es una de las 8 adaptaciones de novelas mencionadas anteriormente, aunque técnicamente es una nueva versión de una película adaptada de la novela de 1957 titulada The Executioners. Scorsese siguió este éxito de taquilla y crítica con The Age of Innocence (1993), una adaptación de la novela del mismo nombre que, aunque fue un fracaso en los cines, obtuvo nominaciones al Oscar, ganando el premio al Mejor Diseño de Vestuario.
En 1995, Scorsese volvió a adaptar no ficción, esta vez con Casino, tal vez su mejor cinta. Siguió Kundun en 1997. Si bien no fue una adaptación de un libro de no ficción, la película era de naturaleza biográfica con el decimocuarto Dalái Lama en el centro de atención. Scorsese completó el milenio con su quinta adaptación novedosa, Bringing Out the Dead de 1999, adaptada de la novela de Joe Connelly.
La primera película de Scorsese en el Siglo XXI fue Gangs of New York de 2002, una adaptación libre del libro de no ficción The Gangs of New York. The Aviator, de 2004, fue otra aventura biográfica, adaptada de una biografía de 1993 de Howard Hughes. Siguió The Departed de 2006, marcando la tercera aparición consecutiva de di Caprio en sus películas. The Departed es otra rareza en el canon de Scorsese: es una nueva versión parcial de Infernal Affairs, pero también se basa parcialmente en la muy real Winter Hill Gang de Boston. No es una adaptación de un libro en sí misma, pero se basa parcialmente en personas y acontecimientos de la vida real.
Shutter Island (2010), Hugo (2011) y Silence (2016) completan la lista de películas de Scorsese adaptadas de novelas. Los tres fueron filmados en orden, con The Wolf of Wall Street de 2013 (otra adaptación de no ficción) intercalado entre Hugo y Silence. Después de ese cuarteto, en 2019 se produjo otra adaptación de no ficción en forma de The Irishman.
Con 8 novelas y 8 libros de no ficción, si es que incluimos a la actual Killers of the Flower Moon, es imposible pensar que el amor de Scorsese por las adaptaciones disminuirá. La mitad de las películas de Scorsese ya están adaptadas de libros de un tipo u otro, y el director no muestra signos de desaceleración en el corto plazo. De hecho, de sus películas estrenadas en el Siglo XXI, The Departed no fue una adaptación de una novela o de no ficción.
Como ya te hemos comentado en diferentes artículos de esta semana especial sobre Martin Scorsese, el director ha producido de manera prodigiosa a lo largo y ancho de su carrera. Su currículum incluye todo tipo de realizaciones en el ambiente del fílmico, desde uno de sus primeros trabajos profesionales que fue la edición de la película del concierto del Festival de Woodstock hasta la increíble dirección de los clásicos ya mencionados, que hoy vemos unidos por el gran estreno de Killers of the Flower Moon. En ese camino tan genial, debemos pensar que muchos de sus trabajos nunca hubieran llegado a buen término si un actor no lo hubiera visitado en el hospital y lo hubiera convencido de adaptar un libro sobre las memorias de un boxeador. A la luz de la producción de Scorsese desde ese punto tan oscuro de su vida, podríamos decir que el mayor logro de Robert De Niro haya sido ayudar a su amigo a volver a trabajar en el camino hacia la recuperación.
La literatura no solo educa, sino que cura y une.